Por Andy Rose, Emma Tucker y Devan Cole, CNN
Una jueza federal frenó el último intento del presidente Donald Trump de bloquear la llegada de estudiantes internacionales a la Universidad de Harvard.
La orden de restricción temporal emitida a última hora del jueves por la jueza de distrito estadounidense Allison Burroughs llegó horas después de que la universidad instara a la jueza a intervenir de urgencia para bloquear una proclamación firmada por Trump un día antes que suspendía los visados internacionales para los nuevos estudiantes de la universidad más antigua y rica del país. Los estudiantes extranjeros representan aproximadamente una cuarta parte del alumnado de la escuela.
La breve orden de Burroughs dice que si no interviene ahora, la escuela “sufrirá un daño inmediato e irreparable antes de que haya una oportunidad de escuchar a todas las partes” sobre la impugnación del edicto de Trump. La jueza dijo que su orden “permanecerá en vigor hasta nueva orden de este Tribunal”.
Burroughs, designada por el expresidente de EE.UU. Barack Obama, fijó una audiencia para mediados de junio para escuchar argumentos sobre si debería bloquear la proclamación de Trump indefinidamente.
La solicitud de Harvard de bloquear la prohibición de Trump modificó una demanda existente sobre la medida de la administración para poner fin a la posibilidad de Harvard de inscribir a estudiantes internacionales, que inicialmente llevó a la jueza a impedir que la administración revocara el programa de visas de estudiante de Harvard.
La demanda enmendada afirmaba que la proclamación de Trump violaba la Primera Enmienda al bloquear temporalmente la entrada de casi todos los nuevos estudiantes internacionales de Harvard con visados que la mayoría utiliza para estudiar en universidades estadounidenses o participar en programas de intercambio académico.
La proclamación de Trump ordenaba al secretario de Estado “considerar la revocación” de los visados -conocidos como visados F, M y J- para los actuales estudiantes de Harvard que cumplan los “criterios” de la proclamación, dijo la Casa Blanca en un comunicado.
“De un plumazo, el secretario del DHS y el presidente han tratado de borrar una cuarta parte del alumnado de Harvard, estudiantes internacionales que contribuyen significativamente a la Universidad y a su misión y al país”, reza la demanda enmendada.
“Sin sus estudiantes internacionales, Harvard no es Harvard”.
El programa de visas, que permite a los estudiantes internacionales “entrar en Estados Unidos con visados de no inmigrante para matricularse en Harvard y en miles de otras escuelas, ha impulsado el éxito académico, científico y económico de Estados Unidos y su prestigio mundial”, dice la demanda.
En su demanda enmendada, Harvard refutó las afirmaciones de la Casa Blanca de que la proclamación es un intento de “salvaguardar la seguridad nacional” y dijo que representa “una venganza del gobierno contra Harvard”.
“Escala e intensifica la campaña de represalias en violación de la Primera Enmienda”, dice la demanda enmendada. “…Así como la revocación vulnera inconstitucionalmente la libertad académica, la proclamación también lo hace”.
La medida de Trump se basa en una ley que otorga al presidente autoridad para proteger a la nación de “cualquier clase de extranjeros cuya entrada sería perjudicial” para los intereses de EE.UU., según el documento. Pero Harvard argumenta que Trump no está suspendiendo la entrada de ninguna de esas clases: “Por el contrario, los no inmigrantes pueden entrar en el país sin restricciones, siempre y cuando no asistan a Harvard”, reza la demanda.
En una declaración a la comunidad universitaria el jueves, el presidente de Harvard, Alan Garber, dijo que la proclamación es “otro paso ilegal de la administración para tomar represalias contra Harvard”.
La comunidad internacional de Harvard, dijo Garber, “hace contribuciones sobresalientes dentro y fuera de nuestras aulas y laboratorios, cumpliendo nuestra misión de excelencia de innumerables maneras”. La institución “los celebrará, los apoyará y defenderá sus intereses mientras seguimos haciendo valer nuestros derechos constitucionales”, añadió.
CNN se ha puesto en contacto con la Casa Blanca para recabar comentarios.
La denuncia inicial de Harvard contra los intentos de la Administración Trump para restringir a los estudiantes extranjeros, presentada el 23 de mayo, argumentaba que la revocación de su certificación en el Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio por parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) era una “clara represalia” por su rechazo a las demandas políticas ideológicamente arraigadas del gobierno.
Horas después de que se presentara la denuncia inicial, la jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos Allison Burroughs bloqueó temporalmente la decisión del DHS de dar de baja a Harvard del SEVP, lo que habría imposibilitado que la universidad acogiera a ningún estudiante internacional. La semana pasada, la jueza ordenó a la administración Trump que no realizara ningún cambio en el programa de visados para estudiantes internacionales de Harvard de forma indefinida.
Garber, en su declaración, dijo que la proclamación de Trump “elude” la orden de restricción temporal de la jueza, y agregó que espera que el tribunal “actúe con rapidez” para detener su aplicación. La Oficina Internacional de Harvard estará en contacto directo con los estudiantes y académicos que puedan verse afectados por la prohibición de viajar de Trump emitida el mismo día, escribió Garber.
Si bien Harvard ha argumentado en presentaciones legales que las órdenes de la Casa Blanca estaban detrás de la medida del DHS de revocar su capacidad de acoger a estudiantes internacionales, la proclamación del miércoles marcó la primera vez que Trump se involucró directamente en la disputa en el centro de su batalla más amplia contra los académicos estadounidenses de élite.
Harvard está luchando contra la Casa Blanca en dos frentes, ambos supervisados por la jueza Burroughs. La universidad presentó su primera demanda contra la administración Trump luego de que le recortara más de US$ 2.200 millones en fondos federales y amenazara con quitarle miles de millones más, así como el estatus de exención de impuestos de Harvard. Ese dinero permanece congelado mientras el caso está pendiente en el tribunal, donde se espera que los argumentos comiencen el próximo mes.
La proclamación de Trump también acusó a la institución de la Ivy League de no abordar el antisemitismo en el campus, así como de “priorizar” persistentemente la diversidad, la equidad y la inclusión —-diseñadas para avanzar en la representación racial, de género, de clase y de otro tipo en los espacios públicos— que Trump tacha de “discriminación ilegal e inmoral”.
El Departamento de Educación ha advertido a los colegios y universidades estadounidenses de posibles consecuencias si no toman las medidas adecuadas para proteger a los estudiantes judíos y, por separado, ha amenazado con la financiación federal de cualquier institución académica estadounidense que tenga en cuenta la raza en la mayoría de los aspectos de la vida estudiantil.
El mismo día en que la jueza Burroughs bloqueó temporalmente la prohibición a Harvard de matricular estudiantes internacionales, el 29 de mayo, el Departamento de Estado de EE.UU. emitió un cable a “todas las oficinas diplomáticas y consulares”, solicitando un mayor escrutinio para los futuros estudiantes internacionales de Harvard bajo el pretexto de que la iniciativa es un “programa piloto” que afecta solo a Harvard, según la demanda.
El secretario de Estado Marco Rubio justificó la nueva iniciativa señalando la determinación del DHS de que Harvard no había “mantenido un entorno universitario libre de violencia” y antisemitismo, dice la demanda, citando el lenguaje del cable.
El cable ordenaba a los funcionarios consulares y diplomáticos llevar a cabo un “examen completo de la presencia en línea” de cualquier solicitante de visado de no inmigrante para Harvard, dice la denuncia, incluidos”los futuros estudiantes, estudiantes, profesores, empleados, contratistas, oradores invitados (sic), y los turistas”.
Incluso si el solicitante es “por lo demás elegible” para el estatus de visado, el cable informó a los destinatarios que deben “rechazar el caso”, informar al solicitante de que su presencia en línea está sujeta a revisión y que debe hacer públicas sus cuentas en las redes sociales, dice el pedido.
Los solicitantes que no tienen ninguna plataforma de redes sociales o los que configuran sus cuentas como privadas podrían “reflejar evasivas y poner en duda la credibilidad del solicitante” y ser rechazados, según el documento.
Katelyn Polantz de CNN contribuyó con este reporte.
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